EL DISEÑO Y LA LEY DE TALLES: Exclusión de cuerpos reales en el diseño de indumentaria.
- Lourdes Sosa
- 7 jul 2021
- 4 Min. de lectura

Hace un poco más de un mes fue publicado en boletín oficial el decreto 735/2021 donde el gobierno, finalmente, luego de dos años reglamentó la ley de talles. En la misma se garantiza un sistema único normalizado de identificación de talles de indumentaria, esto quiere decir que habrá una estandarización de talles en base a estudios antropométricos realizados por el inti con un escáner corporal 3D. Estos datos serán relevados ante el SUNITI, el consejo técnico consultivo que estará a cargo de presentar informes sobre la implementación y difusión de la ley de talles.
Se exime a ciertos sectores como: la indumentaria de alta costura o de diseño de autor, las prendas confeccionadas a medida, los accesorios y los implementos destinados a la protección en tareas laborales.
¿Por qué la alta costura o el diseño de autor debe excluir a todos los talles?
Hagamos un recorrido por la trayectoria de un diseñador y por qué su educación influye en los talles.
El problema comienza desde la educación:
Como diseñadora egresada de la carrera de diseño de indumentaria (U.B.A. 2020), en mi experiencia puedo corroborar que es poca la adhesión de profesores que permiten la inclusión de cuerpos reales. Como estudiantes nos vemos guiados a utilizar cuerpos hegemónicos para las prendas, los dibujos no son figura humana sino figurín, una versión distorsionada de la realidad donde el cuerpo humano se ve deformado para parecer estilizado por lo tanto "proporcionado".

En el lado izquierdo podemos observar lo que sería un figurín de moda y a su derecha el dibujo de un cuerpo humano.
Véase como a pesar de que ambos tienen la misma altura, sus proporciones no son iguales. La cadera, cintura, línea de hombro están en diferentes alturas logrando estilizar la figura agregando longitud a las piernas.
Ya desde los primeros años nos presentan que la forma de dibujar y presentar la realidad es mediante un dibujo no real, un dibujo que debe ser expresivo y demostrar actitudes por sus poses o estilismo (peinados maquillaje etc.). Está permitida la deformación de la figura humana para demostrar poses y actitudes tales como piernas extremadamente delgadas, espalda ancha o un torso más corto.
Pocas cátedras se han adherido últimamente a permitir a sus estudiantes presentar cuerpos humanos, cuerpos reales en dibujos.
En cuanto a modelos pasa algo similar, preferiblemente el maniquí que exigen comprar para asistir a clases es un talle 42, y las que se quieren arriesgar compran un talle 44! Así sobre estos cuerpos se trabaja en diseño de indumentaria.
Las prendas son realizadas en estos tamaños alegando que si queremos cambiar los talles lo haremos en nuestra vida profesional lejos del ámbito universitario.
En más de una ocasión estudiantes denunciaron haber sufrido comentarios al respecto: profesoras que les piden modelos delgadas, altas, agraciadas.
Recuerdo una vez haber puesto un saco sobre una compañera de poca estatura y con mucho pecho lo cual no fue del agrado de la profesora que inmediatamente buscó a la compañera más alta y delgada del salón para ponérselo y mostrar cómo cambiaba la apariencia de la prenda dando a entender que se ve mejor sobre alguien delgado y alto y no sobre un cuerpo real.
Se cree que se debe tener un patrón o modelo base del cual partir y con el cual medir para luego adaptarlo.
Pero tal es así el problema en la educación que esto impide desarrollar una conciencia social de la realidad. Se genera un conflicto a la hora de elegir modelos, de dibujar y de establecer una tabla de talles, por no tener los conocimientos necesarios. Así es como todos los diseñadores salen de sus estudios y reproducen lo aprendido sobre cuerpos hegemónicos olvidando los cuerpos reales. ¡Incluso la misma ley de talles exime al diseñador de la tarea de presentar cuerpos reales!
Me tocó desarrollar un proyecto de ropa deportiva para talles especiales y con mis conocimientos técnicos en indumentaria y con mis conocimientos en asesoría de imagen, logre una colección que no solo contemplaba los cuerpos desde un sentido de medidas; sino también desde las necesidades que presentaban: tales como textiles livianos y resistentes, refuerzos en costuras, avíos acordes, distribución del color y recortes que favorezcan a la figura.
El doble discurso sobre los cuerpos
Existe una doble versión en cuanto uno diseña y es que nos enseñan a resolver problemáticas reales que ayuden a los consumidores; pero a su vez debe cumplir con cierta estética, tiene que cumplir ciertas reglas. Los colores y formas deben ayudar a simular “defectos” o a cambiar y modelar la forma del cuerpo real.
Si bien muchas de las consumidoras se ven en este doble discurso de querer ser quienes son y sentirse libres de mostrar su cuerpo, a su vez quieren modelar su figura porque quieren pertenecer a un sentido estético que anula su cuerpo que lo modela, lo deforma para que el resto de la sociedad las acepte un poco más.
Una ley de talles no es suficiente pero es un comienzo que no solo va a cambiar la psicología y sentimientos de las consumidoras; sino que va a cambiar a la sociedad y a la misma educación. Para cuando esta ley se cumpla muchas ya podrán dejar de sentirse excluidas, dejarán de tener una necesidad de encajar en un talle y no caerán en al desesperación de no conseguir qué ponerse. Perderán ansiedad a la hora de comprar, dejarán de sufrir cada vez que un vestido no este disponible en un talle más.
Aún así se verán excluidos otros talles y posiblemente surja una nueva necesidad en el diseño en cuanto a contemplar la figura y lo que favorece.
Como diseñadores y profesionales tenemos la obligación ética y moral de brindar un cambio positivo en la sociedad, no debemos diseñar para cuerpos hegemónicos sino para cuerpos reales y lo que estos conllevan. Deberíamos como diseñadores dar el ejemplo, asumiendo el compromiso de la ley de talles y sumar humanidad a la sociedad tan despersonalizada que no tiene una forma de presentarse mostrándose como es y esconde la que nadie debería juzgar.
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