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No hay tiempo

“...en la industria hay mucho que hacer, pero poca reflexión.” Donald Norman.


Este es un tema muy recurrente y muy discutido en la indumentaria. No quisiera cerrar el año sin hablar de esto, en especial en estas fechas de vorágine comercial.

Muchas veces, como dice Donald en una entrevista: en el ámbito académico sobran ideas y reflexión; pero hay muy poco que hacer, es muy limitado al no ser real, al trabajar sobre situaciones idóneas que “ayudan” a nuestra imaginación.

Al toparnos con la realidad de nuestros trabajos, nos encontramos saturados y al punto de no tener más capacidad de pensar sino solo llegar a automatizar lo que hacemos, perdiendo el sentido y aportando poco reflexivamente. Puede deberse a la falta de personal y a la exigencia que un diseñador se ve obligado a trabajar en múltiples áreas. Aún sin importar si es idóneo, lo importante es que haga y ya.

Así se entra en una espiral sin fondo donde no se tiene el espacio ni la libertad de reflexión. Se llega a banalizar el diseño, a perder su sentido, a reproducirse por segundo, exprimiendo hasta lo último a su alcance.

Como diseñadores y profesionales es nuestro deber mantener la integridad del diseño y que sea completo. Es nuestro deber no ocupar el espacio de un colega . Sería un trabajo digno que nos limitaramos a nuestras tareas para no comprometer el buen diseño. Es nuestro nombre quien estará al frente de los ellos, allí plasmamos nuestra personalidad, nuestra esencia y nuestra marca.


A veces la vorágine de cosas pendientes se calma y llegamos al punto de comenzar nuevamente y aclarar ideas, pero nos topamos con que lo dimos todo y ya perdimos la creatividad y solo estamos reproduciendo una y otra vez lo mismo…


Ahora bien, ¿ qué podemos hacer cuando nos sentimos estancados?


El estar estancado no es mas que haber llegado al tope de nuestros conocimientos, significa que lo dimos todo, que ya no hay nada nuevo que podamos aportar. Esto es señal de que necesitamos actualizarnos, necesitamos nuevos conocimientos y nuevas herramientas!


Un diseñador no deja de ser diseñador nunca. Nunca se deja de aprender, nunca se deja de crear. Somos artistas y creadores. Nunca va a existir el día en que lo sepamos todo y seamos perfectos. Estamos en este mundo para crear, para compartir, para enseñar! Entendamos que estamos para dar y para donar un nuevo pensamiento, una nueva visión y experiencia.


Ya no tenemos profesores que nos corrijan, nuestros jefes no conocen o no entienden la profundidad de nuestras carreras e ideas. No van a saber guiarnos a nuevos caminos ni nuevas ideas. Es nuestra tarea estar en constante aprendizaje.

Jamás debemos relajar nuestro esfuerzo sino que debemos perseverar toda nuestra vida aprendiendo. Démonos el lujo de sentirnos investigadores, buscadores, científicos y así armar caminos nuevos; con ensayo y error, así se avanza hacia el futuro.

La única forma de no estancarnos es abrir caminos, corregir errores, perfeccionar detalles, conocer nuevos métodos e inventarlos.

Como antes mencionamos, el diseño no es un don adquirido con el que se nace, es una habilidad adquirida en base al conocimiento de técnicas y la combinación de estas.


Entonces, ¿Cómo hacer frente a una situación de poco tiempo y mucho trabajo?


Es fundamental en el diseñador su toma de decisiones. Si hay algo que define al diseñador es que debe tomar todo el tiempo decisiones. Siempre tiene que tener determinación, saber poner sus límites y hacerse valorar.

Tomando decisiones es que se jerarquiza y también logra un orden de prioridades comenzando por lo que lleva más tiempo y luego lo que lleva menos o al revés. Tratando de lograr objetivos diarios, semanales y mensuales. Estos se logran a través del autoconocimiento de nuestras capacidades y nuestras limitaciones.

Aún así puede ser que lleguemos a malos entendidos con clientes o empleadores, quienes pueden encontrarse inconformes con los plazos y la pieza creativa.


Entonces, frente a las críticas de nuestros empleadores o clientes ¿Qué debemos hacer?


Primero hay que saber tener buen criterio y saber discernir si nuestro empleador exagera, si nos exige de más o si no nos permite libertad creativa.


Yo creo que lo fundamental es tener libertad creativa, porque ¿de qué vale un diseñador si no puede poner su estilo, su marca, su sello o su identidad en lo que hace? Es imposible diseñar sin dejar nuestra esencia.

Debemos poder lograr una buena relación y un buen entendimiento. También es imprescindible saber tomar la opinión y crítica de los demás. Debemos consultar a aquellas personas que llevan más tiempo en la empresa o que la conozcan más, siempre con respeto. Se puede lograr perfeccionar y tener una visión más completa. Nunca debemos perder la objetividad.

No podemos perder o subestimar los consejos. El criterio de un diseñador es importante, nunca se debe caer en la idea de que sabemos todo y que nuestro juicio es superior. Acá entra el carácter y la integridad en el diseñador!

Al recibir opiniones debemos aceptarlas con gratitud para poder entender y buscar aquello que no estamos viendo.


Entonces ¿se justifica hacer demasiado?


Debemos tener buen juicio y criterio. Estar bien plantados y tener carácter. Todos los que estudiamos diseño sabemos que nada sale a las primeras. Es necesario equivocarse, hacer mil veces y continuar y aún así jamás será suficiente.

Debemos saber cuándo parar y cuándo debemos descansar. Debemos conocernos y saber cuando estamos sobrepasados y cuando realmente solo es esa sensación de ansiedad de querer lograr la perfección rápidamente.


¿Existe un fin ?


Parece que desde que empezamos a realizar nuestra labor comienza una carrera hasta el fin, esto puede ser que nos lleve a un estado de ansiedad, a querer alcanzar el final y no aprovechar el recorrido.

A veces el proceso de las cosas es lo interesante, es donde aprendemos, es donde nos equivocamos, es donde nos reconocemos y lucimos nuestro conocimiento.

Muchas veces este proceso es tan exhaustivo y duradero que al final llegamos a medias y casi abandonando o con las últimas ganas, ya sin querer ver lo que logramos. Cuando el fin era lo importante. Debemos poder tomar un respiro, desacelerarnos y apreciar nuestro recorrido, reconocer nuestra obra final y darle el espacio e importancia que merece para poder comenzar nuevamente el ciclo.


¿Cómo afrontamos el ahora?


Bueno debemos pensar que la crisis que creemos estar atravesando no es una crisis, no es un suceso aislado, no es un suceso especial y único. Este proceso se va a volver a repetir, así es el ciclo del diseño. Debemos asumir y estar preparados para las situaciones, cualquiera que sea. Esto se logra con experiencia, con determinación, con la mente abierta y nuestros sentidos prendidos. Debemos perder el miedo y vivir el instante, la vida es un desafío y como diseñadores debemos tener valentía y actuar.


Con este tema quiero despedir el año aprendiendo que somos humanos, no tenemos superpoderes y que todo lo que tenemos por delante ¡lo podemos hacer! El camino del diseñador nunca es fácil. No hay que desmerecerse y dejarse estar. Siempre con respeto por el trabajo de los demás y el de uno mismo podemos superar las faltas de tiempos y controlar nuestros nervios y ansiedad frente a nuevos desafíos. ¡Adelante!


Les deseo un buen cierre de ciclo y un mejor comienzo de año. ¡Nos vemos en el 2022!


Un beso


Lourdes



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